domingo, 27 de noviembre de 2016

El saqueo Objetivo de E. U., apoyado por los gobernantes impuestos por el Imperio

Lo de siempre.


Hemos visto con gran tristeza como los actuales padres de familia, sobre todo los abuelos y bisabuelos han tenido gran culpa con lo que actualmente sucede (Noviembre 2016). Nunca platicaron a sus hijos lo que verdaderamente sucedió durante la “robolución mexicana”, del siglo pasado, la cual fue concebida, planeada, financiada y ejecutada desde la capital del país vecino del norte, apoyados por traidores, despistados, ingenuos y tipos de la peor calaña. Al igual que ahora (1994 al 2016). Todo con la promesa de “sacar al pueblo de la pobreza”, aunque el objetivo oculto y final era y es hasta la fecha hundir más a nuestra Patria en la más cruenta miseria.
Los traidores fueron bien manejados y utilizados por la quinta columna, tal y como lo vemos hoy día. E. U., creó problemas, envió armas, entrenó y asesoró a pillos que después gobernarían al país bajo sus órdenes, todo con el fin de obstruir el progreso de la República Mexicana.
Los románticos “héroes” sureños de 1994 ya se dieron cuenta que fueron rebasados. Les urge acelerar los problemas para no ser entregados por quienes les dieron alas.
La historia que voy a relatar es una de las miles de historias que acontecieron en el siglo XX, cuando unos cuantos pillos que se dejaron manejar con el único fin de hundir al  país en una de las más crueles situaciones y para entregarlo a la esclavitud total con los Tratados de Bucareli.
Hábilmente y en forma oculta el representante gringo ordenó matar a Francisco I. Madero y a Belisario Domínguez. Después, se eligió  LEGALMENTE al Presidente Interino General Victoriano Huerta Márquez.
Los “generales*” Pascual Orozco (Jr), Benjamín Argumedo, José de J. Campos, Marcelo Caraveo, Ricardo Gómez Robelo y el Cor. Pascual Orozco (Sr), arribaron a la Ciudad de México procedentes del norte del país, el 12 de Marzo de 1913, a fin de jurar su adhesión al Gobierno Interino y a ofrecer sus servicios. El General y Presidente interino les dispensó la más cordial bienvenida, les proporcionó elementos para combatir a los jefes maderistas que se estaban negando a reconocer su gobierno**; y regresaron a la frontera donde el General Francisco Villa(+) fácilmente había controlado diversas plazas como resultado de la sumisión de los jefes orozquistas.
Otro de los jefes rebeldes que se aprestó a reconocer al Gobierno Interino, lo fue el “General” José Pérez Castro, joven valiente (sin estudios militares), romántico redentor, calavera, derrochador de dinero y que, durante los últimos tiempos del porfirismo, figuró en las ciudades de Guadalajara, Lagos y San Luis Potosí.
Al contrario del “General Orozco, que provenía de baja estrata social, José Pérez Castro (auto nombrado General), nació en buenos pañales. Y TENÍA SU CUENTA DE TODOS LOS BOTINES, PRODUCTO DE TODAS SUS FECHORIAS, EN ESTADOS UNIDOS(%).
Al llegar la “revolución” de 1910, llevado de su espíritu romántico y aventurero - a diferencia de otros oportunistas que solo aprovecharon para enriquecerse a la sombra de la “revolución” – más que por  razones políticas, se levantó en armas con peones de sus Haciendas y tomó activa participación en la lucha, especialmente en el Estado de Jalisco.
Tomado el puerto de Veracruz , por las tropas yanquis bajo el mando del Almirante Fletcher y en contubernio con los traidores (así lo describen los diarios de esa época) quienes atacaron hasta horas antes de l desembarco afroanglosajonamericano al Gobierno Federal y minutos después de la invasión para facilitar la toma de la Capital. Aun así el gobierno interino pudo defender a la Nación, pero los hechos internacionales que se avecinaban hizo que los Embajadores de Inglaterra, España, Alemania y E. U., aconsejaran al General Huerta dimitiera y cambiara su estrategia. Principalmente lo hizo el Embajador inglés, debido a que el Gobierno Británico y el afroanglosajonamericano ya habían llegado a un acuerdo político internacional, benéfico a todas luces y en todos sentidos para los ingleses. Por tanto Inglaterra retiraba su apoyo al Gobierno Interino.
Por tanto los jefes militares maderistas que acataron el llamado de paz del Gobierno Huertista, quedaron en la más difícil de las condiciones,  entre ellos figuraban los “Generales” Pascual Orozco y José Pérez Castro, quienes tuvieron noticias de la dimisión del General Huerta, cuando al frente de unos cuantos hombres merodeaban por el interior de la República y se hallaban sin fondos.
Creyendo poder salvarse, tomaron el acuerdo de desconocer a Victoriano Huerta Márquez y declararse rebeldes sin bandera, a cuyo fin lanzaron en el Bajío  un curioso manifiesto a la Nación. Pero dicha estratagema no les dio el resultado que esperaban, pues el General Pablo González al tener noticias de la presencia de los guerrilleros en el Estado de Guanajuato, los mandó batir, a cuyo fin libró órdenes a sus segundos.
EL SAQUEO DE LEÓN, GTO.
Esta ciudad al igual que casi todas las de nuestro país sufrió un día y una noche de terror, hubo  saqueos, incendios y violaciones a diestra y siniestra de todas las mujeres. Tal y como sucede en toda época de ingobernabilidad, en todo el mundo.
Las intenciones de Orozco, al tener noticias del desmoronamiento de la administración del gobierno interino, fue el dirigirse al norte del país, con el objeto de permanecer levantado en armas por tiempo indefinido, o bien exiliarse a los E. U., en espera de nuevas órdenes.
Pascual Orozco hijo, se encontraba escaso de recursos, por eso cuando Pérez Castro le propuso saquear la Ciudad de León, que era muy rica e industrial, le pareció bien. Y accedió a acompañarlo en la aventura. Así fue como en los primeros días de Mayo de 1914, salieron de las inmediaciones de Lagos, Jal., en donde se hallaban, con dirección a León, Gto., acompañados de una pequeña fuerza. La toma de la población fue muy fácil, prácticamente se hallaba desguarnecida, penetraron los rebeldes tras disparar unos cuantos tiros y sin sufrir bajas.
Una vez en posesión de la importante plaza la “tropa” del “General” José Pérez Castro procedió a saquear concienzudamente la Ciudad, la mayor parte del dinero y joyas fueron a dar a manos de Orozco y Pérez Castro quienes se dividieron por mitad el producto del pillaje, cuyo monto ascendió a $400,000.00 (cuatro cientos mil pesos).
Pero lo más grave del terror para ésta Ciudad, de todo el día y la noche, no fueron precisamente los robos, el plagio y ultraje de las muchachas más bonitas de la población; sino lo que a juicio de la  sociedad de León, los aterró,  fue  que TODAS las mujeres fueron víctimas  (pobres, ricas, adultas, jóvenes, enfermas, sanas y hasta niñas) desde la mejor sociedad hasta las más humildes.
La lista de las mujeres mancilladas fue enorme pero las principales víctimas resultaron ser María Y Esther Ledesma debido a su asesinato por haberse negado a seguir a unos secuaces de Pérez Castro.
Cometida su fechoría (como la de muchos revolucionarios) éste romántico héroe y su gente resolvieron salir de la Ciudad por el rumbo que más le convino, Pérez castro se dirigió a una Hacienda que había expropiado a nombre de la revolución, por el rumbo de los Altos, Jal., así las cosas  éste calavera siempre disfrutó de su fortuna habida al amparo de la revolución en sus últimos días de guerrillero. Andaba siempre en unión de una estupenda belleza de nombre Blanca Suárez, ex falena profesional quien asistió al lado del delincuente, al saqueo de León y tomó parte en él. Terminada la contienda esperaban ir a E. U., a disfrutar lo que ya habían amasado. Para ello se valió de un coyote (brocker) quien también amasó enorme fortuna.
De ahí que cuántas joyas de valor cayeron en poder de la gente de Pérez Castro, fueron a dar a manos de Blanca quien se colgó las que pudo y el resto lo guardó en las cantinas de la silla en que montaba.
Después del saqueo, ambos “generales”  se despidieron y Pérez se fue a Los Altos, Jal. El Jefe carrancista que se hallaba más cerca de León cuando se registró el saqueo de la plaza lo fue el General Don Pablo González, quien al saber lo ocurrido, destacó gente para atraparlos. Los Constitucionalistas entraron a León a la noche siguiente sin disparar un solo tiro e inmediatamente fueron en persecución de Orozco y de Pérez Castro.
Orozco “logró evadirlos”, pero Pérez Castro fue capturado cuando iba rumbo a su Hacienda y se le regresó a León junto con Blanca y su gente. Se les formó consejo de guerra a Pérez y a su amante,  habiéndoseles comprobado el saqueo y varios asesinatos, fueron sentenciados a muerte.
Al día siguiente ambos fueron conducidos a la plaza de armas de la población y ejecutados en el quiosco. Se dice que Pérez murió de pie, no así su amante a quien tuvo que amarrársele a un poste para que pudiese permanecer de pie.
Con mis ojos he visto muchas cosas semejantes
Y peores oyeron mis oídos. 
El movimiento de 1910 y el actual es solo con el fin de esclavizar y saquear aún más al pueblo mexicano. ¿quién da las armas? ¿quién asesora?.  Esto no lo ve el que no quiere verlo.
* Los grados militares se los otorgaban ellos mismos a discreción, ninguno tenía estudios militares, algunos actuaban por cuenta propia, pero la gran mayoría tenía asesores militares gringos y solo algunos eran asesores mexicanos. Igual que hoy..
** Es importante señalar que los agentes norteamericanos andaban muy activos tratando de evitar que los gobernadores de Coahuila, Chihuahua, Sonora, Tamaulipas y Nuevo León, reconocieran al nuevo gobierno interino del General Huerta.
(+) Es importante volverá señalar que los traidores (llamados rebeldes) obtenían dinero mediante secuestros, robos, asesinatos colectivos y/o individuales, saqueos, etc.,  para comprar armas al gobierno de E.U. tal y como actualmente sucede.
(%) Al fallecer éste personaje todo su botín - dinero en efectivo, joyas, documentos, usurpación de bienes, etc. – fue a parar a manos del gobierno de E. U. y de banqueros quienes se adueñaron de propiedades en nuestro país.
Ing. Federico Juárez Andonaegui

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